Viernes, 02 de Noviembre de 2016

Arnés de apoyo para desarrollar la marcha

Como conclusión, creo que estos elementos forman parte del ámbito de la terapia y no de la atención cotidiana a los niños. Sólo deben emplearse cuando se diagnostica un retraso patológico del desarrollo, y no reducirlo a utilizarlo cuando el niño haya superado la edad estadísticamente frecuente de aparición de la marcha.

Vamos a comentar hoy un complemento para el desarrollo motriz en los niños que se puede encontrar en tiendas especializadas en la infancia. Se trata del arnés de apoyo para desarrollar la marcha.

Este complemento surge de la atención terapéutica a niños con discapacidad motriz. Está basado en facilitar una ayuda al niño con poca fuerza o mucha inestabilidad para recibir un apoyo externo que le permita llegar a desplazarse caminando, siendo poco probable que pudiera hacerlo sin asistencia.

Y aquí reside realmente el factor más relevante para decidir la utilización de este tipo de apoyos: que sólo están indicados cuando no es probable que el niño pueda acceder a una marcha autónoma por sus propios medios en un periodo cercano.

Como fisioterapeuta en el ámbito de la discapacidad infantil, muchas veces me he planteado la conveniencia o no de utilizar una ayuda al desarrollo motor. El punto de inflexión para decidirme es saber que cuando introducimos un elemento externo en el desarrollo del niño debemos ser conscientes de que estamos condicionando todo su esquema de movimiento, ya que se produce una dependencia del elemento externo.

Hay muchos ejemplos cotidianos para esto: la debilidad de un miembro cuando se coloca una escayola, la dependencia de la faja o de la muñequera cuando se utilizan de forma continuada, el cambio de esquema de movimiento cuando se utilizan bastones o muletas. En este caso, además, está el agravante de que el niño está en máxima permeabilidad a lo que le rodea, por lo que integra enseguida esta ayuda externa como elemento propio, distorsionando un desarrollo normal.

Como conclusión, creo que estos elementos forman parte del ámbito de la terapia y no de la atención cotidiana a los niños. Sólo deben emplearse cuando se diagnostica un retraso patológico del desarrollo, y no reducirlo a utilizarlo cuando el niño haya superado la edad estadísticamente frecuente de aparición de la marcha. Esto puede generar un riesgo de torpeza motriz (aunque sea leve) que no es necesario aportar a nuestros hijos.

 

http://www.bebesymas.com/desarrollo/un-arnes-ayuda-a-aprender-a-caminar